Opiniones sobre el Arte

CRÓNICAS ARTÍSTICAS: VIENDO Y ENTENDIENDO EL ARTE

Para entender la composición, el significado y la trascendencia del arte, no es necesario tener una licenciatura o una maestría, sin menos preciar lo académico, para ver y entender el arte es suficiente con encontrar en cada pieza algo inherente al ser humano.

Por Vianney Negrete


Desde la primera vez que tenemos contacto con el arte, surge antes que nada la duda de “qué es eso…” “…eso que tengo en frente y que además me está provocando”. Eso pasa porque el arte es una forma de comunicación, sin embargo hay que entender algo antes de continuar: el arte no privilegia formas sistemáticas o convencionales en su modo de expresión, pues es junto con la experiencia estética -la cual desde luego no es exclusiva del arte-, que el ser humano puede re valorar su experiencia en y frente al mundo, es decir: es una expresión de libertad emocional.

Pero para responder a la cuestión de cómo o por qué puede ser comprendido “algo” como arte, la explicación de George Dickie nos probé de dos características que se tienen que unir para considerar una obra de arte como tal.

La primera característica es: que toda pieza u objeto de arte sea primeramente un artefacto – y esto no significa que sea algo físico necesariamente o hecho por el hombre- pero con miras a un uso ulterior. Y la segunda característica: es que la pieza tenga la cualidad de artefactual… ¡Vaya! Tantos términos parecen confundir el panorama, pero, en breve iré aclarando.

EL INICIO
Todo inicia con los artefactos de los que he estado hablando, los mismos que sufren una transformación gracias a una utilidad futura pensada por el artista, y partiendo de un objeto simple por medio del cual se busca expresar una idea que, dará paso a un objeto complejo, de esta forma tendrá más sentido cuando se encause al mundo del arte es decir: como un medio artístico.

Si bien es cierto que el artista se mantiene cerca de ciertas estrategias convencionales también desarrolla sus tácticas y escamoteos (cambios creativos fuera del orden constituido), para pensar a qué tipo de público estará dirigida su obra, pero resulta que el arte es un lugar común para los artefactos y el público, por eso cualquiera que desee puede entender el arte, como pensaba De Certeau.

MANOS A LA OBRA
Ahora, el día que entre al Museo de Arte Moderno (MAM) para hacer este ejercicio tan enriquecedor elegí azarosamente la pieza: La Danza, del artista plástico Jesús Mayagoitia. Me pareció un reto porque está es una pieza hecha en hierro laqueado (según la placa del propio museo), sus formas son 100% geométricas y en color blanco. Admito que no entendí a la primera qué nos quería decir el autor.

Para describir esta obra y entender su artefactualidad hay tres preguntas básicas que tuve que hacerle a la pieza ¿por qué puede ser comprendido como un objeto artístico?, ¿cuáles son las condiciones histórico-culturales que lo envuelven? y ¿cuáles son las condiciones mínimas que permite la comunicación el artefacto frente a un público?

EL USO ULTERIOR
Aquí se requiere un ejercicio simple. Cómo es, de qué está hecho, qué colores tiene: observación y descripción. Esta pieza –a reserva de lo que usted pueda apreciar y no sea mencionado aquí-, muestra un uso amigable de los materiales pues no cuenta con ornamentos, lo cual parece proveerle pureza en su estructura y funcionalidad. La precisión en los lados la define como perfecta, sencilla y protagonista porque, véala usted de nuevo: es color blanco, es geométrica en todos sus sentidos y es una escultura.

LAS CONDICIONES QUE LO ENVUELVEN
Estas condiciones –halladas en la obra de arte- son necesarias pero no indispensables para entender el objeto artístico y entre más sepamos de ellas más nos acercamos su significación.

Ahora tenemos que saber quién es Jesús Mayagoitia: egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (ENAP) de las carreras de dibujo publicitario (1971-1973) y artes visuales (1974-1977), y profesor de tiempo completo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de UNAM, ha colaborado en exposiciones colectivas nacionales e internacionales desde 1974, su obra forma parte de las colecciones de diversos museos, como el MAM aquí el DF, en el Museo de Arte Contemporáneo de Aguascalientes o el Museo Utsukushiga-hara, en Japón. Dos de sus obras más importantes están en Ciudad Universitaria: la intervención en el puente del Instituto de Investigaciones Económicas y la escultura para el estadio de Ciudad Universitaria, que tiene 800 metros lineales de soldadura, entre otras.



CONDICIONES MÍNIMAS DE COMUNICACIÓN
Sin entrar en muchos detalles y para fines prácticos la escultura es el arte de modelar, tallar y esculpir en barro, piedra, madera, metal u otra materia conveniente y representando en volumen figuras, ya sea de personas, animales u otros objetos de la naturaleza, el asunto y composición que el ingenio del artista también llamado escultor logra concebir. El origen de la escultura radica, en considerar la natural tendencia del hombre a imitar las formas de lo que le rodea y con ello el placer de experimentar la creación.

El uso del color de la obra evidentemente es blanco. Lo que nos podría estar sugiriendo que se trata de sentido minimalista. El movimiento iniciado en EEUU en los 60’s llamado minimalismo prima el contenido dejando al objeto sin una aparente función ideológica y sin una función utilitaria múltiple. Es claro que en esta obra de arte elegida arbitrariamente para este ejercicio es minimalista, pero eso ayuda al artista para que el público se concentre en su propósito y no en una gama de colores que podrían alejarlo de su intensión.

Y por último aunque no por eso menos importante, el geometrismo que enmarca la obra de arte, podría estar dando cuenta de una búsqueda de la perfección porque las matemáticas apunta hacia ello: a explicar de manera exacta y racional lo que se busca explicar.

EL LECTOR MODELO
Alguna vez Umberto Eco habló del “lector modelo”, de aquel que, en la apropiación o interpretación de obras de arte, recurre a las aptitudes que tenga para reunir los elementos aprehendidos al pertenecer a un grupo social: nuestros capitales culturales.

Estos harán la función de herramientas intelectuales que nos hacen encontrar todos aquellos elementos en la obra de arte que el artista quiere que veamos, implícitos o no, desde luego este ejercicio al que Eco se refiere pudiera parecer un ejercicio inútil o innecesario para cualquiera, pero sorpresivamente es a su vez parte de lo que hacemos inclusive al hablar de frente con alguien: recibimos el mensaje -que en su conjunto es la persona y lo que dice, cómo lo dice y por qué lo dice-, y además hacemos interpretaciones de lo que nos quiere decir para poder entender. Así nos volvemos lectores modelo del arte.

EL SIGNIFICADO PRAGMÁTICO
Esto que explico en tres renglones ya lo venía definiendo Charles Peirce en su modelo semiótico o de significación y cuya atención se concentra en el mensaje (discurso) así como la noción de códigos en la acción de quienes están involucrados en un proceso comunicativo. La semiótica: es un proceso mental en cada ser humano de lo real, para realizar un descubrimiento. 

En la descripción de los fenómenos o contenido mentales se requieren cumplir con tres categorías: primeridad, segundidad y terceridad. 
  • La Primeridad se aplica a los fenómenos que tienen que ver con la emoción o el sentimiento por sí solo es decir, una emoción espontánea/inmediata y sin analizar, es decir nuestra experiencia sensible.
  • La Segundidad es una fuerza que se opone a otra y que implica una acción y una reacción, una causa y un efecto, fenómenos de tensión, el tipo de fenómenos que se da en los hechos.
  • La Terceridad es una mediación, una actividad intelectual, aquí cada una de las tres categorías tienen una relación entre sí y permiten la posibilidad de la semiótica, es decir: cómo un sujeto le da sentido al mundo.


Ahora, paralelamente a todo lo anterior ya estamos listos para entender el arte, analicemos las últimas tres categorías: la dimensión sintáctica, semántica y pragmática; y con ellas ya podemos empezar a interpretar, vea usted esto:

La dimensión sintáctica observa la estructura de lo representado, nos permite describir: espacio, forma, tamaño, color, efecto, luz, donde está y porque ahí está, cómo lo coloca el artista, el tratamiento, los materiales, etc. Aunque esto es básico aquí les dejo un tip: no olviden el nombre de la pieza, desde luego que un título siempre ayuda para poder entender.
La dimensión semántica habla sobre aquello a lo que se refiere, lo que designa, lo que denota, lo que se muestra, es decir el significado explícito de los elementos ¿qué le denota a usted estimado lector La Danza? ¿Movimiento? Por la forma de sus lados, que recordemos de paso son triángulos, existe una sensación de movimiento provocado por su propia sombra que la luz le induce, ahora la perspectiva que le da el artista permite que al observarla, y recorrerla de lado a lado exista un reflejo, una sensación de movimiento, parece que sus lados semeje los movimientos de una persona, imaginemos que dos seres están ahí tomados de las manos que en realidad son ángulos y bordes, son sus extremidades unidas equilibrándose y dando paso a una forma totalmente abstracta de movimiento dancístico.

La obra por su forma, color y textura, refiere como ya había comentado perfección pues cada uno de sus lados es simétrico pero por la forma en cómo fue pensada, diseñada y realizada tiene una composición única, el escamoteo en ella es la utilización de hierro: ¿cómo una escultura de hierro deviene en una imagen? Cuando es utilizada para representar haciendo uso de la abstracción -y lo no concreto para jugar un poco con las formas- llega a simbolizar movimiento: Danza.

Pero aún falta la dimensión pragmática, en ella hallaremos lo que nos quiere decir el artista: la total intensión comunicativa, la intensión autoral y la intensión interpretativa. Al parecer es una obra que busca con éxito la recreación del movimiento. Pero no cualquier movimiento, sino un movimiento como el de los bailarines de un ballet. Cada uno de los lados de la pieza, de la misma forma que los miembros del cuerpo en los bailarines de ballet son blancos, lo cual permite comparar los movimientos, la parte artística de la escultura se conjuga con la parte artística de la danza contemporánea en su belleza y perfección de movimientos, logra así la comunicación del ritmo por medio de la expresión de los mismos, pero, al ser está una pieza inamovible, juega con la luz para dar esa sensación.

La base en color negro, que también forma parte de la obra de Mayagoitia, podría entonces estar representando el escenario bajo los bailarines danzantes. Desde luego mi idea no es pensar que somos seres perfectos como los lados geométricos de la obra de Mayagoitia, pero quizás sea que, en el fondo para el artista, estamos en constante búsqueda de ello por medio del arte y su expresión.

Es como si el artista pudiera haber capturado el momento exacto en el que aprecias un movimiento y como intérprete quien observa puede poner la pieza musical que se quiera de fondo mientras admita su movimiento.

Con este pequeño ejemplo, cuando busquemos interpretar el arte, las ideas empezaran a fluir lo difícil será controlarlas después, porque irán saliendo mientras se entienden los elementos que -además estuvieron todo el tiempo ahí. Hay que identificar signos, adentrarnos a la obra, sentir que estamos ahí, como en su momento quizás el autor lo hizo, mirando dos, tres, cuatro cuerpos unidos mientras danzan, formando una sola figura, inmóviles, pasmados en un segundo de silencio, o quizás en un segundo en el que el artista lo grabo en su mente para no olvidarlo. 

ennistools@gmail.com

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